El Archon fue un gran videojuego de los años 80 que balanceaba a la perfección la estrategia del ajedrez con la habilidad y simplicidad de los juegos arcades.
En un tablero de 9 x 9 se enfrentan la luz contra la oscuridad en uno de los mejores juegos que ha publicado Electronic Arts en todos los tiempos, en otras épocas, cuando a EA le interesaba un poco más sacar buenos productos que incrementar su facturación.
Adicionalmente, había una pieza en Archon que me llamaba poderosamente la atención. El shapeshifter, una pieza que pertenecía al bando de Dark y que su comportamiento era diferente al del resto de las piezas. El shapeshifter adquiría la forma y el accionar idéntico de su enemigo. En Archon cuando dos piezas se enfrentaban se abría una especie de arena de combate en donde las dos piezas luchaban cada una con diferentes habilidades como velocidad y tipo de disparo. Pero la genialidad del Shapeshifter era que cambiaba a la forma de su oponente. De modo que si luchaba contra una pieza poderosa se convertía en una pieza poderosa y si luchaba contra una pieza de las más básicas ocurría la misma transformación. Una especie de pieza Zelig. Tranquilamente se la podía utilizar para atacar poderosos unicornios de Light, pero al mismo tiempo el jugador de Light podía atacarla con un peón y derrotarla en un combate cuerpo a cuerpo.
El Archon es una obra maestra del game design, y el Shapeshifter uno de sus componentes más importantes. La genialidad de lograr que la mayor fortaleza también sea su mayor debilidad es admirable.